“No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar” Angela Davis
La lucha feminista está tan puesta sobre la mesa hoy, al menos alrededor de un entorno y de una/unas generaciones, que diferenciar entre el valor real y el lugar común es, por momentos, tarea complicada. Hablar de GRL PWR respecto al show que Se Armó Kokoa y Kira dieron el pasado 24 de octubre en Inmigrantes es un poco un lugar común -obvio que un escenario poblado por mujeres artistas va a ser un gesto del poder femenino-, sí, pero también es una realidad: quién iba a decir, o quién me iba a decir a mí, hace más de 10 años, cuando empecé a ver recitales, que una noche iba a estar viendo en Montevideo un recital de pibas raperas con mensajes tan serios y concretos, y que del otro lado iba a haber un montón de gente levantando puños y repitiendo sus barras como proclamas.
por Belén Fourment
fotos: Damián Cejas
La movida arrancó tarde -incluso más tarde de lo que se supone que arrancan los shows en Inmigrantes- y arrancó con Kira, dejándolo todo arriba del escenario. A Kira se le nota lo actriz por todos lados, y está bueno: sale a enfrentar al público con seguridad, y pisa el lugar como dejando en claro que ahí está ella, que su presencia tiene peso aunque su carrera solista todavía es “nueva”. Para este desarrollo, urge que sus canciones estén a la mano: apenas hay un par en la vuelta, y eso que hay unas cuantas bastante buenas.
El del 24 fue un momento de empoderamiento femenino, pero también de reivindicación, de celebración de la disidencia y de la negritud, del cuerpo y de la voz, de la conciencia y el pensamiento crítico. Del ser y el estar. Fue un espacio de pertenencia en el que muchxs, muy distintxs, nos encontramos entre esas líneas de Kira que dicen que “no soy de aquí ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad”, y las de SAK de “no me compares, no me clasifiques, no me compares: solamente quiero ser”.
LAS PIBAS COMBATIVAS NO SE CALLAN |
La propuesta de Kira está en sintonía con la de algunas raperas latinas masivas, y se corre del hip hop para estar un poco en el trap, otro poco en el reggaetón, para matizarse incluso con alguna influencia brasileña o más pop, más melódica. Siempre mientras rapea sobre el feminismo, el empoderamiento, la opresión y la disidencia, mientras dice que “las pibas combativas no se callan”, mientras baila y se divierte pero invita a pensar y, un poco, siembra las ganas de salir a romper todo.
Kira canta sobre darle gas a la movida y evidentemente es una de las tantas que puede hacerlo. Tiene con qué, más allá de que los matices letrísticos le vendrían bien a un repertorio que tiene un mensaje muy cargado de información sobre un mismo tema, y que un jueves a la una de la mañana, puede no ser tan fácil de decodificar.
HERMANAS UNIDAS EN PIE DE GUERRA |
Ya entrada la madrugada, con DJ Mats en los controles, las SAK que antes habían estado bailando entre el público, tomaron los micrófonos respaldadas por una cuidada puesta en escena, y presentaron su disco “Levantate”, un trabajo importantísimo para el rap nacional por todo lo que implica.
Las cuatro MCs se desenvolvieron con comodidad en un escenario que para cuatro raperas en movimiento puede resultar pequeño. Viki Style, Fabika, Euge y Valencia salieron con todo y sortearon algún problema técnico con gracia y simpatía, y la complicidad de un público que entre show y show se había quedado bailando en el sótano caliente. Y recorrieron todo un repertorio de rap conciencia, con beats que están arraigados al clásico boom bap y letras que tienen que ver con la reivindicación y el activismo. En particular, en un show que fue a poco más de 48 horas de las elecciones, el No a la reforma y el rechazo a la represión policial estuvieron muy presentes.
EL MUNDO DEL FUTURO |
Las Se Armó Kokoa han mejorado con creces sus actuaciones en vivo, que rinden mucho más, son mucho más efectivas que sus materiales de estudio. Aunque a futuro se podría esperar más variedad en las bases musicales, más riesgo que posiblemente traería más impacto, su mensaje llega con claridad y eso es lo que importa. Y cada tanto aparece un toque latino que alimenta el baile y descomprime una seriedad que, como la de Kira, está plantada en el atrevimiento: ver a estas pibas ahí da ganas de salir a comerse el mundo.
Las canciones de Se Armó Kokoa fueron pasando con esa lógica de una voz central y las otras tres reforzando los finales de las barras, con Viki resaltando por su presencia escénica y por su mensaje, y con “Solamente quiero ser”, que tiene todo para hit y es un tema muy poderoso, como un punto altísimo de la noche. Fabik y Euge son grandes aliadas de Viki, cada una con una personalidad que se refleja en sus letras, en su forma de decir y hasta en la postura y el gesto corporal; y Valencia está aún acomodándose a este plantel potente. Para cuando ese proceso se cierre, es de esperar que sea un buen aporte para la banda.
La del 24 fue entonces una noche de mujeres empoderadas demostrando que con hambre y con compromiso se puede lograr mucho, y que aunque se dice que la música no tiene mensaje para dar y sin embargo te lo da, el rap, al menos su rap, tiene mucho mensaje que dar. Hay que escucharlo para abrir cabezas y entender que el mundo no son las 20 cuadras que nos rodean. El mundo, el mundo del futuro, es el que están construyendo estas pibas.